La isla de Pascua, situada en el océano Pacífico y uno de los lugares más remotos del planeta, guarda uno de los mayores misterios a los que se ha enfrentado nunca la arqueología. En esta isla volcánica de apenas 163,3 kilómetros cuadrados y una población que no supera las 4000 personas, pueden contarse hoy alrededor de 900 estatuas llamadas moái, estatuas que miden cuatro metros de alto y pesan catorce toneladas de media aunque alguna de ellas alcanza los veintiún metros y las ochenta toneladas.
Pero el porqué las construyeron o cómo las transportaron desde la cantera en donde las tallaban no son los únicos enigmas de este insólito lugar. El mismo origen del pueblo rapanui, su lengua, su escritura aun sin descifrar, los restos de murallas ciclópeas, sus petroglifos, sus enterramientos y sobre todo, sus extraños cultos y creencias, hacen que este sea sin duda uno de los lugares que mayores desafíos plantea a la Historia.
El autor, que vivió en la isla durante dos meses recorriéndola de extremo a extremo y de rincón a rincón, nos ofrece en esta obra un resumen de todas las investigaciones realizadas hasta la fecha, las respuestas e hipótesis de los más destacados especialistas, el cúmulo de interrogantes aún pendientes y cómo no, sus propias deducciones fruto de la reposada reflexión entre sus restos arqueológicos, de íntimas conversaciones con los lugareños y de la minuciosa y profusa documentación manejada.
Un libro indispensable para cualquier persona que desee adentrarse en las incógnitas y maravillas que esconde un lugar al que sus habitantes siguen llamando “el ombligo del mundo”.